Brunelleschi
nació en Florencia en 1377, donde recibió
una temprana formación como orfebre. Fue uno de los
maestros fundamentales de la transición hacia el renacimiento y sus
aportaciones, como la recuperación de los motivos clásicos y la
capacidad para trasladar a sus obras las leyes matemáticas de la
proporción y la perspectiva le convirtieron en el primer arquitecto de
la edad moderna.
En 1401
participó, aunque no resultó premiado, en el famoso concurso para el
diseño de las puertas de bronce del baptisterio de su ciudad. Más tarde
se dedicó a la arquitectura, y en 1418 recibió el encargo de construir
la cúpula inacabada del Duomo, la catedral gótica de Florencia. Su
proyecto, que representó una gran innovación no sólo artística, sino
también técnica, consistía en la superposición de dos bóvedas esquifadas
octogonales, una dentro de otra. Esta disposición permitía un reparto
de esfuerzos junto con una ligereza excepcional, y se convirtió en el
modelo constructivo de cúpula durante varios siglos. El arquitecto
florentino partió de la necesidad de una estructura de ocho nervios, que
discurren por el exterior y sirven de apoyo para el resto de los
elementos decorativos, como los relieves con motivos arquitectónicos,
los ocho ojos de buey y la elegante linterna que culmina el conjunto.
Por primera vez en la historia una cúpula ofrecía el mismo aspecto
estructural en el interior que en el exterior. En otros edificios
florentinos, como la iglesia de San Lorenzo (1418-1428) y el hospital de
los Inocentes (1421-1455), Brunelleschi perfeccionó su estilo austero y
geométrico, inspirado en la antigua Roma y completamente diferente del
gótico florido que prevalecía en su época.
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