13/2/10

Escultura Gótica

La dependencia de la escultura gótica frente al soporte arquitectónico continúa siendo muy importante, como en el periodo romanico, aunque se producen algunos cambios: los capiteles dejan de ser un espacio preferente para los relieves; las arquivoltas de los pórticos pasan de ser decoradas en sentido radial para serlo en el sentido de los arcos (ahora apuntados); el altar mayor pasa a acoger retablos cada vez más complejos, que pueden ser pictóricos o escultóricos (habitualmente de madera policromada, no hay que olvidar que la policromía acompañaba también a la escultura en piedra). Las esculturas de bulto redondo empiezan a independizarse de las paredes y a hacerse cada vez más autónomas. Las adosadas a las columnas y parteluces se hacen más esbeltas y dinámicas. Se considera a las del pórtico oeste (el llamado real) de la catedral de Chartes (hacia 1145) el ejemplo más temprano del gótico, y significaron una revolución en el estilo y un modelo para generaciones de escultores, que parecen provenir de la región de Borgoña.
La expresividad cambia, haciéndose menos hierática y más expresiva, reflejando sentimientos (dolor, ternura, simpatía), acentuando la tendencia del último románico y en coincidencia con una nueva mentalidad, más urbana y próxima a los conceptos filosóficos de hombre y naturaleza en la filosofía escolastica y la renovación de la espiritualidad. 





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